Erase una vez un niño llamado Marcos que una mañana soleada de verano fue a la playa y por el camino vio tirado en el suelo un diccionario, cuando lo vio dijo: - “¡Bien!, me he encontrado un diccionario”.-Lo cogió y se lo metió en la mochila.
Cuando llegó a la playa se reunió con sus amigos y les enseñó el diccionario. Ellos le dijeron que les gustaba mucho y que también les gustaría habérselo encontrado. Marcos lo metió en su mochila y no se volvió a acordar de él hasta que llegó a su casa.
Allí se lo enseñó a sus padres y se subió a su cuarto, lo dejó encima de su mesa y de repente Marcos oyó una voz que decía: -“¡Qué suerte que me has cogido de la carretera, ya pensé que me iban a atropellar!”.-Marcos no sabía quién hablaba, hasta que se dio cuenta que era el diccionario el que estaba hablando y exclamó:
-“¡Ay va! Un diccionario que habla”.- y le preguntó cómo era posible eso. Entonces el diccionario volvió a hablar y le explicó que había pertenecido a un gran mago que le había dejado abandonado porque encontró otro libro mejor que él y decía que él era muy aburrido.
Marcos le contestó que no se preocupase que él lo cuidaría muy bien. El diccionario se puso muy contento y en agradecimiento le otorgó poderes mágicos, aunque Marcos no se dio cuenta.
Aquella tarde vinieron los amigos de Marcos a jugar a su casa, pero él no les contó nada de lo sucedido, era un secreto.
Cuando se fueron sus amigos, Marcos fue enseguida a buscar el diccionario para hablar otra vez con él, pero ya no estaba donde él lo había guardado, llamó a todos sus amigos, pero nadie dijo nada.
Lo que había pasado es que uno de sus amigos llamado Alejandro era el mago que quería recuperar su diccionario mágico pero el diccionario ya no quería volver con él, así que como era mágico, desordenó todo el cuarto de Alejandro para que sus padres le riñeran,
Alejandro se puso furioso y pensó en quitar los poderes al diccionario pero ya no le funcionaban, porque ahora los tenía Marcos.
Mientras tanto Marcos, que estaba muy triste porque le habían quitado su diccionario mágico, se dio cuenta de que podía ver con las cámaras de seguridad de su casa quién había sido el ladrón y vio que Alejandro lo había cogido. Así que se fue a casa de Alejandro y allí le retó a un combate.
Pero al diccionario no le gustaban las peleas y consiguió con su magia que fueran otra vez amigos y vivieran felices, aunque ya ninguno de los dos era mago, ni se acordaban de nada de lo sucedido y el diccionario volvió con la profesora de magia.
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