Había una vez una niña llamada Ivone y su sueño era ser arquitecta. Un día excavando se encontró una piedra que le llamo la atención y se la llevó a su casa.
Al día siguiente la cogió, la tocó, la olió y la picó con otras piedras, echó toda la mezcla en una olla gigante y ¡Todas las piedras se convirtieron en oro!. Ivone, sorprendida gritó ¡Oro, oroooooooooo!. Soy rica.
Al cabo de unos días se lo dijo a sus amigos, que le preguntaron cómo lo había hecho pero ella no se lo quiso contar. Entonces sus amigos pensaron vigilarla y coger parte del oro para ser r
icos también. Por la noche, se reunieron en la plaza y fueron a casa de Ivone para espiarla. Ella iba con el tesoro hasta la playa y lo escondía entre las rocas de un acantilado.
Al otro día Ivone fue a hablar con sus amigos, pero ellos la rechazaron pensando que iban a robarle el oro. Ivone estaba tan preocupada que se lo contó a sus abuelos y su abuela le dijo que era mejor que compartiera lo que tenía con sus amigos, que no sería tan rica pero se sentiría mejor.
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