Érase una vez un niño llamado Gonzalo que estaba deseando participar en una obra de teatro y siempre estaba ensayando. Una vez le tocó hacer de modelo y se tuvo que vestir con un traje de noche, era un vestido rosa y unos zapatos con tacones morados de 32 centímetros.
Tenía que desfilar por la playa y se torció un tobillo por los
tacones y se puso a llorar porque el desfile era muy importante para él,
entonces apareció su hermana Victoria que era futbolista y le preguntó
qué le pasaba, él se lo explicó y Victoria le dio un masaje en el pie y
Gonzalo pudo desfilar.
Cuando terminó se quitó el vestido, se puso un chandal del Real Madrid y empezó a jugar al futbol de portero, era muy bueno y se lo pasó genial.
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